Ya tienes compañero, has encontrado algo que para ti es especial, ahora empieza quizás lo divertido pero a la vez más complicado, presentar algo extraordinario, algo que te vuelva a sorprender.

Como las personas, los cafés tienen su personalidad algo que les diferencia unos de otros, pero también hay personalidades más complicadas que otras. La intuición, la habilidad y constancia de uno mismo influyen en cada una de las tazas que extraes. Al principio no te sientes seguro de los resultados que obtienes sientes frustración, el no poder recrear esos sabores que te sorprendieron al principio, debes evolucionar junto a tu compañero. Es un aprendizaje continuo y una exigencia contra uno mismo para subir día a día el listón.

Poco a poco consigues una estabilidad y una constancia en que te sientes cómodo, un llano en tu camino a la cima, este momento y en los que te encuentras realmente perdido son en los que debes rendirte a tu mentor. Esa persona que todos deberíamos tener, un persona capaz de devolverte la perspectiva cuando estás perdido y con la que puedes aprender de tus logros y errores.

Una vez construida una base de habilidades sólidas y constantes consigues volver a reconocer aquel brillo que buscabas, ese algo extraordinario que llevas buscando durante un tiempo. Tu evolución es la que determina si ese diamante en bruto brillara y se convertirá en algo extraordinario o será simplemente del montón.14